Como era consecuente, la pornografía encontró su cambio y confusión, como le ocurrió a la música cuando aparecieron los sintetizadores. ¿Renunciamos a las guitarras o las hacemos sonar más fuerte? En el cine de adultos, el progreso ofreció el ascenso a megaestrellas del porno. Jenna Jameson porno, animadoras que adquirieron sueldos galácticos por aparecer en grandes creaciones. Algunos animadoras europeos enfrentados al otro lado del Atlántico. Como dijo Jack el Destripador, hay que pasar por partes.
Todavía no existían los estudios web, gonzo y online. En EEUU el monstruo VIVID avalaba en selectividad a una excepcionalmente joven Jenna Jameson. Claramente acabada de empapelar por su gigantesco maquillaje físico y la posibilidad de penetrar en la sociedad de una manera más rica. Actuar con ganas y entusiasmo nunca fue lo de Jenna aunque supo ser la mejor actriz porno en su momento. En sus inicios como amateur xxx siempre se destacó de entre las demás.
Llegó a la pornografía de la mano de Wicked, algo así como en el caso de que Messi vaya al Leganés. En ese momento avalado con VIVID por último hizo su propia organización «Club Jenna» que ofreció hábilmente al dominio de Playboy. Nunca hizo infiltraciones a tope, a dos bandas… ni siquiera interraciales pero debo conceder que cómo ayudó al negocio fue sacándola de creaciones en modestos lofts y en películas como Blue Movie (1995), Conquest (1996) y FlashPoint (1997). A pesar de que nunca supo o necesitó realizar el comportamiento adecuado, para mí su mejor escena es esta, inquisitiva en un tipo de pornografía casi para recordar en estos días que es lésbica: