Me llamo Rebecca. Estoy casada. Tengo 20 años. Me casé extremadamente joven no en adoración sin embargo debido a la legítima necesidad cuando me quedé embarazada.
Perdí al niño en el quinto mes y aún así no hubo vuelta atrás. En ese momento me casé y comencé mi nueva vida.
Mi madre me encontró un trabajo en una oficina de publicidad.
- Tenía 19 años cuando conocí a Steven, una persona atractiva, amable, de 32 años, con una sonrisa constante y toda la rabia con ese par de ojos azules tan penetrantes. Amistoso con mi jefe
- en cualquier momento en que fui al trabajo tuve una recomendación para mi persona y una sonrisa…
- Su crema me impulsó a mí y a algunos de los que trabajábamos en el lugar de trabajo, mi jefe y Steven se encargaron de promover contratos para diferentes organizaciones.
- Pronto mi pareja y yo estábamos peleando por dinero y él se quedó sin trabajo.
Yo estaba en la cafetería, había muchos individuos ese día, estaba distante de todos los demás, a todos los efectos casi se me saltan las lágrimas ya que había luchado con mi media naranja en la primera parte del día por encontrar una nueva línea de trabajo y no estar separado de todos los demás que miraban la televisión durante todo el día.
- Pensé en si podría bajar. Dije que sí y rápidamente intenté secarme las lágrimas, hablamos un poco – claramente vio que yo estaba llorando
Los días pasaron y nos hicimos compañeros poco a poco y le educé sobre mi vida y los problemas que tenía con el argumento de que mi pareja no funciona.
- Un día me hizo una oferta de empleo y me reveló directamente – tengo un lugar de reunión exclusivo, ellos reciben ingresos sustanciales, son individuos selectos, te pagan bien y te dan grandes dotes – necesitas satisfacerlos explícitamente, una gran parte de ellos son hombres adultos, esta es la puerta abierta para que ganes y aprecies el sexo.
- Su comentario me dejó contemplativo – intente una ocasión que no necesita acostarse con nadie, simplemente sea un ayudante usted es bonito sin embargo necesito hacerle algunas pruebas y tomar fotografías – considere que usted obtendría un ingreso sustancial – me dirigí a no todavía durante mucho tiempo lo ponderé y después de alrededor de catorce días le revelé que reconocía su proposición. – Pero sólo como asociado o como modelo.
- Me sonrió y me dijo: «No te estreses, nadie se dará cuenta de que trabajas conmigo, será nuestro misterio.
Le dije a mi media naranja que había una reunión en el lugar de trabajo – tomé un taxi y fui a su estudio – me maquillaron – me peinaron y me propuso que usara un armario y una peluca para enmascarar mi personaje.
- Me sentí avergonzada, no lo negaré – cuando estaba desnuda – eres una excelente chaqueta de punto – tienes unas piernas y un culo maravillosos – harías que cualquier hombre se volviera loco de alegría – me aconsejó que me pusiera unos brillantes tacones y ropa interior oscura y empezó a fotografiarme – era el más experto que he encontrado en ningún momento en sus ojos azules –